sábado, 29 de enero de 2011

veces

Todo lo que lees por ahí es mentira y todo lo que leo, también. Lo único que es verdad es el peso del cemento. Sus ojos azules tristes y el no saber articular una despedida. Que se quede la boca vacía, que mañana despertemos con los párpados pegados y ya nunca más sepa volver a casa. a mi casa. a mi. No habrá quien me cuelgue las macetas y me seguirá doliendo el cuello. me. no sé llorar.

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